¿Qué es un ecosistema web?

La presencia digital de las empresas repercute cada vez más en el comportamiento del público. Se sabe que al menos un 80% de las personas investiga en Internet antes de cerrar la compra de un producto o servicio, por lo que los activos digitales que se encuentre en su búsqueda deben estar preparados para proporcionarle lo que necesita. Esta es una de las razones principales por las que un ecosistema web debe estar bien diseñado y alineado tanto con los objetivos de negocio como con las necesidades de su público objetivo.
En este artículo exploraremos qué es un ecosistema web, qué activos lo componen y cuáles son las mejores prácticas que puedes seguir para diseñarlo con un enfoque estratégico adaptado a tu negocio. Además, expondremos algunos de los errores más frecuentes en este proceso.
¿Qué entendemos por un ecosistema web?
Cuando hablamos de un ecosistema web, nuestra definición abarca mucho más que una web corporativa o una landing page para una campaña de publicidad específica.
En Esgalla entendemos el ecosistema web como un conjunto de activos digitales interconectados, ya sea de una empresa o un gran grupo empresarial- que trabajan en sinergia para alcanzar objetivos específicos: la captación de leads, la comunicación corporativa o el apoyo comercial, entre otros.
En función de la naturaleza del negocio y sus necesidades, el ecosistema puede ser más o menos complejo. Reflexionar sobre esta cuestión antes de diseñarlo es crucial porque, como veremos más adelante, puede determinar el éxito de toda una estrategia digital.
Con esto nos referimos a analizar aspectos como, por ejemplo, si…
- se trata de una única empresa o un grupo de empresas.
- tiene una única marca o varias independientes.
- se dirige a diferentes mercados.
- se comunica en varios idiomas.
- requiere de un espacio de venta directa, como un ecommerce.
- requiere de espacios privados para los clientes.
Por ejemplo, una empresa con una única marca y cuyo objetivo sea simplemente ofrecer información básica sobre la empresa puede necesitar tan solo una web corporativa sencilla; en cambio, un grupo empresarial con múltiples marcas y mercados, que además necesite incorporar un espacio privado para que sus clientes accedan a servicios exclusivos, requerirá varias instalaciones digitales diferenciadas.
Tipos de activos en un ecosistema web
Los ecosistemas web pueden incluir una infinidad de activos diferentes, desde sitios web corporativos a blogs, plataformas de comercio electrónico, aplicaciones móviles, sistemas de gestión de relaciones con clientes, etc.
Sin embargo, en Esgalla solemos trabajar con cuatro tipos de activos concretos: la página web corporativa, las instalaciones independientes para landing page, los entornos de acción comercial y las páginas satelitales, que son activos menos ligados a la marca -pero que buscan favorecerla igualmente-.
Antes de entrar a analizar en detalle cada uno de estos, debemos destacar que, en un ecosistema web diseñado de forma inteligente, cada uno de los activos que lo componga cumplirá una función específica dentro de los objetivos de negocio.
En un ecosistema amplio con numerosos activos diferentes, ninguno deberá solapar las funciones de otro, pero sí trabajar en armonía para crear una experiencia digital cohesiva.
Veamos las principales características de estos tipos de activos web:
Web corporativa
La página web es el centro neurálgico de un ecosistema web. Su función va más allá de la captación, persiguiendo objetivos también de comunicación y branding. Es el espacio al que el usuario acude para encontrar información institucional, la propuesta de valor de la empresa, sus servicios o productos, y otros recursos de interés.
Muchas veces, este activo sirve para complementar la confianza de los usuarios que hayan podido tener el primer contacto con la marca a través de otros activos, como una landing page para una campaña o un producto específico, y que desean ampliar su información sobre la marca y lo que esta puede ofrecerle.
Además, la página web debe estar optimizada para SEO, ya que uno de los objetivos que se persiguen con ella es posicionarla para ganar ese tráfico orgánico que proporcionan los motores de búsqueda, y que suele tener muy buena conversión a cliente final.
En consecuencia de todo esto, su estructura es más rígida que la de otros activos, por lo que es también menos flexible para ciertas acciones de captación.
Landing
Las landing pages son entornos diseñados específicamente para la conversión o para acciones concretas que no tendrían sentido dentro de la web corporativa. Son destinos de campañas de tráfico de pago, acciones de automatización o promociones concretas.
A diferencia de una web corporativa, donde la identidad de marca juega un papel central, en este caso la prioridad es maximizar la conversión. Esto implica que elementos como los colores o el diseño pueden adaptarse en función del rendimiento, en lugar de seguir estrictamente las directrices corporativas. Esta flexibilidad permite optimizar cada elemento de la experiencia del usuario, algo que no siempre es posible en otros activos digitales más rígidos.
Por ejemplo, en Esgalla hemos realizado numerosos experimentos que demuestran que ciertos colores generan una tasa de conversión superior a los colores corporativos de algunas marcas. Basándonos en estos datos, hemos implementado nuevas paletas cromáticas en los activos de landing, logrando mejores resultados.
Además, conocer el canal de acceso de los usuarios nos ayuda a optimizar aún más la conversión, ajustando estrategias específicas para cada tipo de usuario y cada punto de entrada.
En Esgalla creemos que lo más recomendable es generar páginas específicas según las campañas y objetivos concretos.
Mantén las landings en servidores separados e independientes a la web, para garantizar que, ante cualquier problema, no se rompa todo.
Entornos de acción comercial
Este tipo de activos están diseñados para facilitar y acelerar el proceso de venta, por lo que se enfocan en el apoyo del equipo comercial. Su objetivo principal es proporcionar información detallada y herramientas que ayuden a los potenciales clientes a tomar decisiones de compra.
Los entornos de acción comercial de un ecosistema web incluyen catálogos digitales, configuradores de productos, páginas de comparación de servicios y páginas de cierre de venta, entre otros ejemplos.
Activos satelitales
Cuando hablamos de activos o páginas satelitales nos referimos a activos que forman parte del ecosistema digital de la marca, pero no la representan directamente, y tienen su propia identidad.
Se trata de blogs, micrositios o entornos web diseñados para captar leads o tráfico, aunque sin estar estrechamente vinculados a la identidad corporativa. Su objetivo principal es generar oportunidades que, de forma indirecta, benefician a la marca.
Otros componentes de un ecosistema web
Más allá de estos cuatro tipos de activos web principales, hay muchos otros componentes técnicos que se crean en función del tipo de negocio y que están más enfocados a los servicios que se proporcionan a los clientes cuando ya se ha generado la venta.
Los más habituales son las áreas de cliente, espacios privados y exclusivos diseñados para usuarios que ya se han convertido en clientes. En estos entornos, se ofrece información y recursos relacionados con los productos o servicios de la marca, mejorando la experiencia del usuario y fortaleciendo su vínculo con la empresa.
La importancia de contemplar el ecosistema como un todo unificado
Conviene que insistamos en una cuestión imprescindible: aunque cada activo digital tenga una función diferente y unas necesidades distintas, el ecosistema tiene que estar unificado en términos tecnológicos, estratégicos y de datos. Y es que un ecosistema fragmentado puede provocar problemas de mantenimiento y brechas de seguridad.
Para garantizar la coherencia entre todos los activos del ecosistema web, y también su rapidez y efectividad, es crucial:
- Emplear tecnología compatible a todos los activos y escalable.
- Integrar los datos de captación y conversión en un sistema centralizado.
- Alinear todos los activos bajo una estrategia común.
Cómo diseñar un ecosistema web: paso a paso
Diseñar un ecosistema web desde cero no se reduce a lanzar varias páginas web e ir añadiendo otros activos según se vayan necesitando. Se trata de construir un sistema interconectado que impulse el crecimiento de la compañía y, para ello, se requiere una planificación cuidadosa y una comprensión profunda de los objetivos de negocio.
Aunque cada ecosistema es único y tiene sus peculiaridades, a la hora de diseñarlo, debemos adoptar un enfoque sistemático y seguir un marco de trabajo detallado, como el que planteamos a continuación.
Analizar e identificar las necesidades de la empresa
El primer paso en la construcción de cualquier ecosistema web es distinguir qué tenemos delante, con qué vamos a trabajar; es decir, cuál es la estructura de la empresa y qué objetivos persigue. Definir bien este punto nos permitirá medir el alcance y la profundidad de cada activo. Cuanto más amplio y cuantos más niveles de profundidad, más complejo será el ecosistema.
Además, hay que tener en cuenta el papel que jugarán los distintos activos dentro de este. ¿Se trata de una empresa orientada a branding o a captación? ¿Va a depender de tráfico orgánico o de inversión publicitaria? Cada respuesta influye en la forma en la que se estructurará el ecosistema.
Veámoslo mejor con dos ejemplos.
- Una empresa de construcción podría necesitar tan solo una página web informativa con datos corporativos sobre su marca. Al fin y al cabo, se trata de una empresa B2B con un tipo de cliente muy concreto y limitado, al que podrá acceder sobre todo valiéndose de métodos offline. Por tanto, la función de la web será reforzar la credibilidad y presentar la empresa, más que captar clientes activamente.
- En cambio, una multinacional de telecomunicaciones que necesite una ingesta millonaria de leads podría requerir un ecosistema web completo y más complejo, compuesto de múltiples activos enfocados en cada submarca, mercado y canal. El objetivo: cubrir todos los frentes y abarcar la mayor cantidad de posibilidades de captación.
Definir la estrategia del equipo
Una vez tenemos clara la estructura de la empresa o grupo empresarial con el que vamos a trabajar, debemos definir una estrategia que refleje los objetivos de la empresa, y coordinarla con los distintos departamentos implicados, pero sobre todo con cuatro principales: marketing, branding, comercial y data.
Esto abarca determinar una estrategia de SEO, identificar los canales de obtención de tráfico, los métodos de captación de leads, etc. Se trata de un paso esencial para asegurar que cada activo digital cumpla su función sin solaparse con otros ni ir en contra de estos.
Estructurar el ecosistema
Con la estrategia definida, llega el momento de dar forma al ecosistema. Aquí se definen cuáles serán los activos principales, se organizan y se establecen jerarquías claras.
En este punto, lo más recomendable es separar los entornos, según sean corporativos, comerciales o de captación, para evitar interferencias, y contemplar qué tipo de instalaciones son preferibles en cada caso.
Cuando hablamos de una empresa internacional, debemos prestar mucha atención a cómo se van a distribuir los mercados en diferentes instalaciones. Lo ideal es contar con una instalación independiente para cada uno, evitando interferencias entre los equipos gestores.
Tener en cuenta el equipo que va a sostener el ecosistema
Un aspecto que a menudo se pasa por alto en el diseño de ecosistemas web es el equipo que se encargará de gestionarlo. Un ecosistema complejo requiere de un equipo que pueda asumir esta gestión en el día a día.
Es decir, si no cuentas con el personal suficiente para gestionarlo, crear un sistema demasiado complejo carece de sentido. La clave está en diseñarlo en función de los recursos disponibles para garantizar una gestión eficiente.
En Esgalla utilizamos tecnología headless para optimizar la relación entre los gestores de contenido y los frontales. La separación entre backend y frontend facilita la administración desde un único entorno y mejora la experiencia de gestión.
Errores a evitar en la creación de un ecosistema web
Crear un ecosistema web sin una estrategia clara puede generar problemas de eficiencia, seguridad y rentabilidad. En definitiva, a largo plazo, puede salir muy caro.
Por suerte, prevenir y esquivar este desenlace es posible, sobre todo si evitamos errores comunes como los siguientes:
- Duplicar contenido entre activos. Por ejemplo, es bastante frecuente encontrar landing pages que contienen exactamente la misma información y con el mismo enfoque que la página web corporativa, lo cual duplica esfuerzos de forma innecesaria y genera confusión en los usuarios. Y, si además hemos tenido el descuido de indexar una landing, se puede incurrir en la canibalización de contenidos que genera problemas para el SEO de la web.
- No planificar cómo se van a conectar las diferentes propiedades digitales. Si cada activo funciona de forma aislada, se pierde eficiencia y se dificulta la experiencia de usuario. El ecosistema web debe ser un todo interconectado, y debemos garantizar que el recorrido de los usuarios entre los diferentes activos sea fluido y coherente.
- No diseñar un ecosistema flexible y escalable. El ecosistema tiene que poder crecer al ritmo que lo hace el negocio. Si no se prevé la posibilidad de integrar con facilidad nuevos productos, mercados o idiomas, la estructura se vuelve obsoleta rápidamente.
- No establecer una estrategia de atribución. ¿Qué sentido tiene invertir en acciones de marketing si no medimos su verdadero retorno? Definir una estrategia de atribución nos ayuda a entender qué canal o activo genera más impacto, y nos permite actuar en consecuencia.
- No definir quién es responsable de cada parte del ecosistema. Este es un error tremendamente común y en el que no muchos reparan antes de construir un ecosistema web. Antes de nada, debe definirse qué equipos serán responsables de cada activo y garantizar que estén capacitados para su gestión. De lo contrario, podrán surgir problemas de mantenimiento y desorganización.
Diseñar un ecosistema web con visión de negocio: en Esgalla, lo hacemos posible
Contar con un ecosistema web bien estructurado y alineado con los objetivos de negocio marca la diferencia. Diseñarlo correctamente implica no solo elegir los activos web adecuados, sino también garantizar una estrategia cohesionada que optimice los recursos y maximice los resultados.
En Esgalla, somos expertos en la creación y mantenimiento de ecosistemas digitales pensados para captar y convertir. Nos aseguramos de que cada activo cumpla su función específica dentro del conjunto, proporcionando soluciones escalables, seguras y orientadas a negocio.
Si quieres que tu ecosistema web trabaje a favor de tu estrategia, contacta con nosotros. Examinaremos tu caso, identificaremos las necesidades de tu negocio y diseñaremos la mejor solución digital. ¿Hablamos?